a galopar, a galopar...hasta enterrarlos en el mar.


lunes, 9 de mayo de 2011

negras tormentas agitan los aires...

Está claro que la muerte de OBL ha traído alegría a la oficina de re-elección de obama.

Subidón del US$ cómo efecto pánico a represalias del terror islamista (sea lo que sea esa entelequia) y, consecuentemente, caída de las commodities. En especial el petróleo y los metales preciosos.

La realidad es más lineal y no se inmuta con esos detalles: Caen los pedidos industriales en Alemania (la inflación china está poniendo difícil las cosas a la potente industria automovilística germana), sube el paro en USA y Trichet, contradiciéndose a sí mismo respecto de sus declaraciones de la anterior reunión del BCE, decide que los tipos se queden donde están pese a la presión inflacionista de la zona euro.

Hablar de crecimiento económico mundial a estas alturas de la crisis que comenzó en 2007 es un sarcasmo. Crecer, lo que se dice crecer, sólo le crecen los enanos a la economía, que es lo mismo que decir a los gobiernos pues ellos deciden a través de sus mecanismos de regulación y de intervención en que viene a consistir ésta.

De entre los enanos vigoréxicos que no paran de crecerle a los gobiernos, destaca por su enorme tamaño el deficit público. La diferencia entre lo que gastan y lo que ingresan quienes están a cargo de la asignación de recursos de nuestra sociedad. Estos "expertos" en lo social (esto es: lo que pagamos los demás) preocupados cómo están por el bienestar de las sociedades que pastorean no paran de gastar y para ello necesitan emitir cantidade mareantes de deuda pública que, sinceramente, cuesta creer que alguien la compre de forma voluntaria pues es impensable que pueda pagarse jamás a no ser que se la narcotice con un subidón de inflación que nos mande a las clases medias de regreso al campo, origen de casi todas las clases medias occidentales que fueron. Pero no a un retiro placentero, sino para volver a ararlo y sacarle fruto.

En fin, que parece que se aproximan ciclones en el asunto de la deuda soberana (en Grecia ya se lleva un tiempo hablando de quitas y esperas sin ningún recato) y en las consecuencias que ésta tendrá sobre los sufridos ciudadanos via inflación.

Un consejo a lo Manuel Luque: busque, compare y, si encuentra algo mejor que el oro: cómprelo.